Servir a Colombia es una convicción, un anhelo que cultivamos desde nuestros primeros pasos por la vida, escuchando a nuestros mayores y maravillándonos con las enormes virtudes, riqueza y diversidad de nuestro país. Por eso, hemos defendido la esperanza como escudo ante los asomos de pesimismo que buscan condenar el país al fracaso.
En estos cuatro años, aún en medio de tanta incertidumbre y enormes desafíos como la pandemia del COVID-19, desde la Vicepresidencia de la República, logramos plantar semillas prósperas de equidad para Colombia, que dan frutos en las diferentes regiones del país.
Si bien requerimos de esfuerzos permanentes para mantener la sen- da de la inclusión, dejamos abonado un terreno boyante para que las mujeres tengan el papel de liderazgo que les corresponde en la sociedad, en la economía y la política; para que los trabajadores informales puedan acceder a los beneficios de la formalidad y contar con garantías de una vida digna; impulsamos la interconectividad vial desde los campos hasta las ciudades; ampliamos el abanico de posibilidades productivas con los Pactos por el crecimiento y la generación de empleo; y promovimos un espacio de reflexión, en el marco de la conmemoración del Bicentenario de la Independencia, para conquistar nuevas libertades y reivindicar las luchas de nuestros antepasados.
Precisamente, quiero compartirles algunas páginas del capítulo que escribimos en este libro llamado Colombia, para que ustedes, como hacedores activos de esta Nación, puedan interiorizar este legado, apropiarse de estos frutos y seguir cultivándolos, con miras a que florezcan y trasciendan de las primeras cosechas.
Les entrego este libro abierto, que aún no concluye, para que continúen, con buen pulso y buena letra, delineando las páginas de un futuro justo e incluyente para las nuevas generaciones. Aunque a veces no lo dimensionemos, cada uno de nosotros, desde su entorno –grande o pequeño– es responsable de una importante cuota para la construcción diaria de esta Nación, que es una suma de esfuerzos de cada ciudadano que se levanta a diario a trabajar abnegadamente, cumpliendo su deber de sembrar confianza y optimismo en un mundo donde la esperanza pareciera entenderse como un privilegio.
¡Gracias infinitas por ayudarnos a escribir estas páginas, que dan cuenta del legado de un gobierno que hizo de la equidad su causa y prioridad! Gracias por ayudarnos a lograr la mejor versión de Colombia.
Marta Lucía Ramírez de Rincón
Vicepresidenta y Canciller
¡Juntos tenemos el sueño y la posibilidad de construir la mejor versión de Colombia! Hemos sembrado semillas prósperas de equidad para que todo el país siga cosechando los frutos, que ya vienen germinando.
Marta Lucía Ramirez
Vicepresidente y Canciller de Colombia (2018 – 2022)